Taxista devolvió $4000 dólares que extranjeros olvidaron en su vehículo
Imagen cortesía/ Opinión Caribe.
Álvaro Mejía Sánchez
En momentos en los que el amor por el dinero y las cosas materiales están a la orden del día, cada vez son más escasos los gestos de desapego y de respeto por las propiedades de las demás personas, por eso, el caso de Alejandro Vélez, un Ingeniero de Sistemas de 37 años, al que según dice, le va mejor como taxista que ejerciendo su profesión, es uno de esos casos que vale la pena destacar.
Nacidoen la ciudad de Ibagué, está casado con Claudia Valdiri, una abogada que tampoco ejerce su profesión, aunque tal vez, como reza el adagio, ejerce la profesión más difícil. Ser ama de casa.
Aunque a tempranas horas de la mañana, el nombre de Alejandro era desconocido para la gran mayoría de los samarios, a eso de las diez, su nombre empezó a tener fama, gracias a un acto que muestra que todavía quedan personas en el mundo en las que se puede confiar; estaba buscando a unos pasajeros que dejaron olvidado un paquete con una considerable suma de dinero (alrededor de 4.000 dólares).
Esta historia inicia cuando Alejandro se encontraba realizando una carrera compartida, “unos iban para Mamatoco, otros iban para Taganga”. Estos últimos se bajaron del vehículo y dejaron un paquete, cuando Alejandro se percató, no sabía cómo ubicarlos, porque ya los había perdido de vista. En ese momento se puso en contacto con algunos colegas para que empezaran a difundir la noticia, “yo solo sabía que habían dejado un paquete, no sabía que tenía adentro”, asegura.
Al momento de percatarse de lo que contenía el bolso abandonado, llamó a su esposa, cuya primera reacción fue decirle, “mándame una foto whatsapp, nunca he visto tanta plata junta”, y añadió, “hay que devolverla”. Mucho antes de esa “advertencia”, Alejandro ya había puesto manos a la obra para encontrar a los dueños de tan preciado botín. El llamado dio sus frutos y alrededor de las 10 de la mañana, fue contactado por los agradecidos, aunque poco expresivos turistas, que al instante de recibir el bolso no dudaron en recompensar al honesto conductor.
Alejandro afirma, que esta situación no es nueva, en más de una ocasión, desprevenidos pasajeros han dejado sus pertenencias, aunque en la mayoría de los casos sabe como contactarlos para devolverles sus pertenencias, “aquí (en el taxi), no se pierde nada, todo se reporta, eso no era mío hermano, además yo no necesito eso”.
Para Alejandro, lo más importante es el ejemplo que le puede dar a sus dos hijas, a quienes religiosamente recoge a diario en el colegio donde estudian. Por eso quiere que acciones como esta se repitan en la ciudad de Santa Marta, para que las nuevas generaciones aprendan acerca de la importancia del respeto por los demás y por sus pertenencias.
Cortesía: Opinión Caribe
Publica un Comentario